Os presento una breve pero clara introducción al concepto de aceptación y su relación con los Registros Akáshicos a cargo de Sándal, inestimable col·laboradora de Gokai.
Ricard Montero
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A menudo queremos indagar cosas de nosotros mismos para reafirmar nuestro YO ordinario). Queremos justificar ciertos comportamientos que normalmente no nos satisfacen y creemos que necesitamos legitimación a los mismos o tendencias personales que son meritosas y cuesta de encajar en cada Yo/Ego
Entonces, acudimos a diferentes consultas de autoconocimiento, con la esperanza de tener allí la información que mejor se nos ajusta; del porqué de nuestras tendencias.
Pero a veces, cuando las respuestas que se nos da no son las que esperamos obtener, las negamos y rechazamos porque creemos que no van con nosotros.
La Energía Original ha creado un lenguaje, una vía, una carrera hacia adelante, que está destinada a cada uno de nosotros. Es un registro amable y amoroso a veces, pero duro y difícil también. No obstante, siempre es sincero a más no poder. En el Akasha está todo registrado. No podemos cambiar o borrar lo que no nos gusta a nuestro antojo.
Aceptar lo que somos en realidad es nuestra primera tarea. Escuchar y comprender, saber que no tenemos el control de nada externo a nosotros, es la clave.
Pero sí que tenemos el timón de nuestro interior, nuestro yo más íntimo. Y podemos guiarlo para nuestra evolución, con amor, paciencia, aceptación, voluntad, trabajo y fe en nosotros mismos. Y escuchar esa vocecita interior que demasiado a menudo obviamos.
Lo que vemos de nosotros es solo la forma. Eso es limitado; finito. Lo bueno está dentro; expectante para ser descubierto y lo mejor es que perdura a largo plazo.
Por eso, es totalmente aconsejable estar en total comunión con nuestra esencia, porque es nuestra realidad, aunque cueste aceptarlo. Quitarnos las capas superfluas y las máscaras que nos tapan y vetan lo más íntimo que reside en nuestro interior. Escuchar la voz de nuestro Universo, es escuchar a ese Ser interno y reflexionar. Aunque no nos guste lo que nos llega, o resulte difícil de aceptar si se trata de atributos o virtudes que nos elevan.
Por eso: alguien muy sabio dijo:
“No voy a decirte lo que quieres oír, sino lo que debes escuchar”
Es el primer principio fundamental del mensaje de nuestra alma.
Sàndal.