Seleccionar página

La Gran Discriminación

Es posible que a lo largo de tu infancia, algún profesor o profesora haya etiquetado de alguna manera, sea como muy listo o muy torpe, sea como alguien que cumple con sus obligaciones o que no las cumple

Es posible también que los papás te han querido mucho y te hayan convertido del rey o la reina de un espacio, de una vida, o que, por lo contrario, en la mayoría de ocasiones te hayan descatalogado

Esto es solo por poner un ejemplo, ya que más tarde en tu adolescencia y juventud, los aspectos físicos, o los lugares de procedencia o las religiones, o lo inteligente o rico que hayas podido ser, puede que también haya merecido calificativos no siempre correspondientes a tu «realidad»

Y que en tu adultez haya ocurrido exactamente lo mismo.

La discriminación no puede leerse, solo en términos peyorativos, es decir, con aquellas etiquetas que te disminuyen respecto a una media poblacional o respecto a un referente cada uno que pueda tener. La discriminación también puede ocurrir a través de alabanzas que te sitúan en un plano que no se corresponde tampoco con nada.

Y es que todo esto que ahora ha quedado aumentado por 1000 en redes sociales, que consideramos espejos de nuestras vidas y espejos de los demás no hace más que perseguirnos a lo largo de la vida, sobre todo si los calificativos son extremos

Las personas acaban creyendo aquello que les cuentan o les dicen. Sobre todo en las edades en que los recursos son muy pocos. Un niño de ocho años normalmente va a creer el catálogo que le facilitas y proporcionas. Y en cambio, alguien más adulto podría haber desarrollado, recursos para acercarse más a la verdad .

En medio de todo este globo de definiciones externas, y sobre todo en épocas infantiles y adolescentes, se construye una identidad, pero lo cierto es que uno puede no saber quién es.

Cuántas veces he visto que un cambio de ambiente representa nuevos calificativos y reconocer una nueva parte de uno mismo posiblemente también algo distorsionada

Mi propuesta es aprender a escuchar, aprender a contrastar, aprender que los espejos tienen una importancia muy relativa, y que el foco de atención no debería estar mayoritariamente en aquello que recibo desde el exterior.

Ciertamente es inevitable recibir la influencia, pero tengo que aprender a equilibrar con mi propio foco de atención hacia lo que yo pueda considerar de mí mismo.

También y por otra parte, todo lo que recibo en el exterior puede contrastar en sí mismo y compensarse aquello que me halaga con lo que no lo hace y darme cuenta de que mi pensamiento crítico tiene que dirigirse hacia los extremos que es donde está el riesgo,

Y finalmente, si olvidas que la cualidad más importante es el amor firme (eso solo sabes tú si lo estás desarrollando), estarás mucho más sujeto a lo que piensan y dicen los demás de ti,

 

Ricard Montero i Costa

Shi-Han Reiki Reido, Tibetano, Gendei, Komyo Reiki Kai
Instructor de meditación y Desarrollo Personal
Máster Registros Akáshicos

Psicólogo
Economista

 

 

 

¿Cómo puedo ayudarte?
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.