El budismo ha practicado durante más de dos milenios este tipo de prácticas como base de crecimiento del individuo. El resultado ha sido que la Tradición Budista cuenta con una vasta experiencia sobre la meditación.

La relajación profunda, sobre todo en las primeras etapas, es imprescindible, para disminuir la frecuencia del pensamiento.
Sólo con esta parte, si realmente está bien hecha, se obtienen muchos resultados físicos y emocionales, y puedes empezar a meditar, pues solo así puedes observar e intervenir, ya que tu mente es más rápida que tu capacidad de ver !

En una segunda etapa, la finalidad prioritaria es poder diferenciar las partes del yo más relevantes, identificar emociones, pensamientos, recuerdos…percibir que puedo tomar distancia de ellos, y que eso significa que NO SOY ninguna de esas manifestaciones con la que es fácil confundirse (si puedo alejarme… no soy eso).
Es un primer contacto con la conciencia, pues al menos sé lo que no soy.
Ese es el principio de convertirse en observador de uno mismo.
Además establece el hábito de observarme con cierta separación de lo que ocurre dentro.

Quizás, aunque es atrevido ser tan taxonomista en esto, una tercera etapa consista en poder sentir de forma más intensa esto mismo, es decir, que me siento desenganchado, al menos en ese momento, de las manifestaciones de mi mente, y que aprendo a dejar pasar esas emociones, o hechos, creencias, sensaciones.
Significaría que para estar bien no dependo de esas manifestaciones que tan ligadas están a mi vida externa, algo parecido a un desaferramiento interno.
Aprendemos a “dejar pasar” y a identificarnos con nuestra Voluntad.

El objetivo final es aumentar la conciencia del Ser, esto es, obtener conocimiento de la naturaleza de la mente (mis tendencias) y después «Formarla» hacia mi objetivo.

Hay diversos métodos y formas, e incluso algunas con objetivos muy concretos, como las más clásicas en budismo, que trabajan fuertemente la “atención”, que será la base de todas las etapas anteriores. Sin la Atención Pura no alcanzas el Objeto Puro y dificílmente puedes formar y conocer tu mente.

No tendrás que trasladarte a ningún lugar, pudiendo realizar tus ejercicios y estudio, en cualquier lugar del mundo, sin que esto te conlleve un problema a nivel laboral, ni por distancia geográfica o impedimentos físicos.

Al no tener el rigor de un horario establecido por un centro, podrás distribuir tu tiempo para ello. Tú serás quien elige cuándo, lo que compatibiliza la formación personal, con las responsabilidades o quehaceres de la vida diaria, familiar o social.

El docente se adapta a tu ritmo, siendo tú quien ponga este mismo, lo que facilita que pueda planificar su propia agenda de estudios.

Paradójicamente, puesto que el curso a distancia requiere de un tutor, y no hay “miedo escénico”, todas las preguntas son resueltas y en muchos casos eso supone orientar personalmente el curso.

… tendrás acceso al curso online y al material de forma directa, y como decimos, con tutorías personalizadas por psicólogos, expertos en el manejo energético, pedagógico, etc. y al final de tu curso, recibirás una titulación acreditativa para comenzar tu andadura personal en el ramo de terapias alternativas y desarrollo personal.